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Fractura del cuboides | Fracturas del pie y del tobillo

El pie y el tobillo son elementos de carga, teniendo que soportar el peso del cuerpo, además de sufrir impactos internos, como ocurre en determinados deportes, y externos, debido a traumatismos externos al pie y tobillo. Sus lesiones son bastante frecuentes, y las fracturas pueden darse en cualquier lugar y forma. Esto condicionará tanto el tipo de fractura como su tratamiento y evolución.

Nos referiremos a las fracturas de pie y tobillo más habituales de forma generalizada.

Fijador externo para una fractura compleja de tobillo

Fijador externo para una fractura compleja de tobillo

Fractura del cuboides

El tratamiento de la fractura de cuboides es en la mayoría de ocasiones mediante una reconstrucción quirúrgica para evitar una artrosis secundaria que puede generar dolor en el pie. Es poco frecuente entre las fracturas del pie y tobillo. Este tipo de fracturas se producen por un traumatismo, muchas veces de baja intensidad o en otras ocasiones con alto impacto, pero con una eversión forzada del pie.

¿Cómo se diagnostica la fractura de cuboides?

Al ser poco frecuente en muchas ocasiones el diagnóstico se retrasa porque se pueda confundir con un esguince de tobillo. Se produce por un mecanismo de torcedura o de eversión del pie, lo que ocasiona una compresión entre la parte anterior del calcáneo y la base de los metatarsianos produciéndose una compresión del cuboides, y por consiguiente su fractura.

La persona presenta mucho dolor en la zona lateral, un poco más inferior que un esguince. El dolor es importante al intentar caminar y al mover el pie.

La radiografía de perfil muestra normalmente la fractura de cuboides, pero en muchas ocasiones como el diagnóstico inicial era de esguince de tobillo, en la radiografía puede no visualizarse totalmente el hueso cuboides.
Es necesario realizar un TAC en carga para visualizar bien la fractura de cuboides, los fragmentos y la conminución (múltiples trozos de cuboides) que se pueda presentar.
La resonancia mostrará  un edema en el cuboides pero no ayudará a la planificación del tratamiento de la fractura de cuboides.
Es importante valorar las lesiones asociadas a la fractura de cuboides, habitualmente a nivel medial sobre el hueso escafoides.
La fractura de cuboides se clasifica en:

1.-Simple o no desplazada.

2.-Fractura de cuboides articular cuando existe una alteración de la superficie de la articulación con el calcáneo.

Tratamiento de la fractura de cuboides

Las fracturas no desplazadas o no articulares de cuboides pueden ser tratadas de forma conservadora mediante inmovilización y descarga.

La fractura de cuboides con desplazamiento de la superficie articular,  precisa ser tratada de forma quirúrgica para realizar una reconstrucción de la superficie articular.

El tratamiento quirúrgico de la fractura de cuboides se realizar mediante una incisión en la zona lateral sobre el hueso cuboides. Se realiza una reconstrucción de la superficie articular, en el caso de conminución ósea (múltiples fragmentos), es recomendable usar injerto óseo. La osteosíntesis de la fractura de cuboides se realiza habitualmente mediante una placa anatómica, con tornillos a compresión o grapas de compresión.
En caso de mucha conminución se puede realizar un tratamiento quirúrgico de la fractura de cuboides mediante fijador externo a distracción más osteosíntesis percutánea. Es necesario realizar un periodo de 3 semanas de descarga y posteriormente se puede empezar la carga con una ortesis o bota tipo Walker.
A las 2 semanas de la fractura de cuboides se puede realizar movilización de tobillo para acelerar la rehabilitación.

La aplicación de láser terapéutico Clase IV es un tratamiento efectivo. La Terapia K-Laser es una herramienta ideal para tratar un gran número de patologías, desde la bioestimulación de los tejidos dañados a proporcionar un alivio inmediato del dolor en un tiempo corto de tratamiento, debido a la elevada potencia y la facilidad de aplicación. La laserterapia es una modalidad de tratamiento no invasivo, seguro y efectivo donde la luz se emplea para aliviar el dolor, reducir la inflamación, y estimular la cicatrización de heridas y curación de tejidos blandos.