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Psoriasis. ¿Qué es?.

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel caracterizada por la aparición de lesiones rojizas escamosas preferentemente en codos, rodillas y cuero cabelludo, y que tiene la posibilidad de afectar a uñas y articulaciones.
No es una enfermedad contagiosa ni hereditaria, y, aunque existe predisposición genética en las personas que la padecen, suelen estar involucrados además otros factores desencadenantes.

Es una afección cutánea que provoca enrojecimiento, escamas plateadas e irritación de la piel. La mayoría de las personas con psoriasis presentan parches gruesos, rojos y bien definidos de piel y escamas de color blanco plateado. Esto se denomina psoriasis en placa.

Se manifiesta en brotes con periodos de mejoría y de remisión o empeoramiento, pero la enfermedad se desarrolla de una manera particular en cada paciente. En ocasiones, dura toda la vida.

Se origina debido a una disfunción en el sistema inmune y puede aparecer en cualquier parte del cuerpo.

Psoriasis. Tratamiento, Causas, Síntomas

¿Quién padece psoriasis?

La psoriasis es común. Cualquiera puede tenerla, pero casi siempre comienza entre las edades de 15 y 35 años, o a medida que las personas envejecen.

La psoriasis es una patología de distribución universal que afecta a entre el 1% y el 3% de la población. Aunque no existe predominio de sexo -afecta por igual a hombres que a mujeres-, es más común en la raza blanca.

Causas de la Psoriasis

La psoriasis es una enfermedad inmunológica que, aunque no es hereditaria, sí cuenta con un componente genético. La psoriasis no es contagiosa. Esto significa que no se transmite a otras personas. La psoriasis parece transmitirse de padres a hijos.

Cuando los linfocitos T, un tipo de células blancas presentes en la sangre que ayudan a proteger el cuerpo contra las infecciones, se activan de manera indebida. Esto desencadena diversas respuestas inmunitarias, entre ellas, la proliferación y dilatación de los vasos sanguíneos de la piel y la proliferación de un tipo de células de la piel llamadas queratinocitos. En consecuencia, se acelera el proceso de renovación celular de la epidermis, que de treinta días (que es lo habitual) pasa a producirse en solo cuatro, lo que provoca que las células suban demasiado rápido a la superficie de la piel y se acumulen en la capa córnea, donde se forman placas de escamas blanquecinas.

Síntomas de la Psoriasis

Las principales lesiones de la psoriasis son las placas o manchas rojas cubiertas de escamas blanquecinas de grosor variable, formadas por los queratinocitos que se acumulan en la piel.

Estas placas, que pueden producir picor o dolor, suelen aparecer en codos, antebrazos, rodillas, la parte baja de la espalda, la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies, aunque depende de cada paciente y del tipo de psoriasis que padezca. También es frecuente que la enfermedad se manifieste en el cuero cabelludo y las uñas e, igualmente, puede aparecer en los genitales y dentro de la boca.

El tamaño y la forma de las placas varían en función del paciente e, incluso, en el mismo paciente: pueden ser de pocos milímetros o llegar a cubrir zonas corporales extensas. A veces las placas pueden estar rodeadas de un anillo más claro.

Tipos de Psoriasis

Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), la psoriasis presenta diversas formas clínicas :

1.-Psoriasis gutata. Es muy poco frecuente, pero es la forma de presentación más habitual  en niños y adolescentes (entre un 44% y un 95% de los pacientes infantiles la padecen). Se caracteriza por numerosas placas de pequeño tamaño (entre 0,5 y 1,5 centímetros) que aparecen principalmente en el tronco y cerca de las extremidades, aunque no suele afectar a plantas y pies. Suele aparecer en forma de brotes después de determinadas infecciones. En niños, las lesiones suelen remitir espontáneamente en semanas o meses, mientras que este tipo de psoriasis tiende a hacerse crónica en adultos.

2.-Psoriasis vulgar (en placas). Es la más frecuente. El 90% de los adultos afectados presenta esta variante, que se caracteriza por la presencia de placas escamosas, rojizas, muy bien delimitadas, que suelen distribuirse de forma simétrica por el cuerpo. Generalmente, estas placas no producen síntomas aunque pueden producir un poco de picor. El cuero cabelludo, los codos, las rodillas y la región sacra son, con frecuencia, las zonas más afectadas. Los genitales se ven afectados hasta en un 30% de los casos. Las placas pueden persistir meses o años en las mismas localizaciones. Las lesiones pequeñas pueden confluir formando grandes placas de bordes geográficos o aclararse en el centro adoptando una morfología anular.

3.-Psoriasis eritrodérmica.  De manera gradual o aguda, se caracteriza por la aparición de un eritema o enrojecimiento de la piel que afecta a más del 90% de la superficie corporal. Existen casos graves que se asocian a síntomas generales. La complicación más frecuente es la sobreinfección.

4.-Psoriasis tipo pustulosas. Son variantes de la psoriasis en las que se forman pústulas visibles a simple vista (pustulosis palmoplantar, acrodermatitis pustulosa, psoriasis pustulosa generalizada y psoriasis gestacional o del embarazo).

Tratamiento de la Psoriasis

Debido a que la respuesta a cada tratamiento varía de una persona a otra, y aunque todos los tratamientos de la psoriasis son efectivos para la mayoría de los pacientes, ninguno lo es para todo el mundo.

La psoriasis se cura de manera permanente, pero lo habitual es que sea recurrente y crónica. En nuestra clínica tenemos casos de remisión completa de los síntomas con Flores de Bach.

 

El podólogo te prescribirá el tratamiento de forma personalizada:

1.-Tratamiento tópico de la psoriasis (aplicado directamente en la piel o el cuero cabelludo en forma de lociones, ungüentos, cremas y champús). La terapia puede ser natural, con flores de Bach y aceites esenciales. También se utilizan sobre todo corticoides tópicos, sustancias derivadas de la vitamina D, retinoides tópicos, breas y alquitranes, ácido salicílico y urea. Su objetivo es reducir la inflamación y el reemplazo celular, reducir la actividad del sistema inmunitario, descamar la piel y destapar los poros y suavizar la piel.

Psoriasis. Tratamiento, Causas, Síntomas

2.-Tratamiento sistémico de la psoriasis. En casos graves de psoriasis,  se utilizan medicamentos como retinoides sistémicos o inmunosupresores (que inhiben el sistema inmune). Normalmente, no se usan antibióticos para el tratamiento de la psoriasis, a menos que se sospeche una infección bacteriana.

3.-Fototerapia para la psoriasis. El láser de alta potencia ayuda a la remisión de los síntomas. En casos de psoriasis más extensa, se utiliza la exposición a la radiación ultravioleta UVB, bien sea natural -producida por el sol-, bien artificial. También existe un tratamiento llamado PUVA, que combina el uso de la luz ultravioleta con un medicamento que sensibiliza la piel a la luz.

Cuidados para la Psoriasis

Conviene adoptar una serie de hábitos que pueden ayudar a prevenir y/o mejorar los brotes en quienes padecen esta enfermedad:

  1. Mantener la higiene diaria

Dúchate todos los días o incluso date un baño caliente y con sustancias emolientes para reducir el picor, hidratar las placas de psoriasis e, incluso, relajarte. También es fundamental cuidar la piel, hidratándola con lociones que la suavicen y aumenten su elasticidad, y no aplicando colonias ni perfumes directamente sobre ella, ya que la sequedad, además de causar picor e irritación, puede empeorar la psoriasis.

  1. Cuidar la alimentación.

Existen tres aspectos de la alimentación que tienen un efecto importante en la evolución de la enfermedad: mantén un peso adecuado y, si existe obesidad, realiza una dieta baja en calorías para perder peso; potencia los productos vegetales (menos carnes y grasas animales); y consume abundantemente (más de tres raciones a la semana) fuentes de ácidos grasos omega 3 (salmón, caballa, arenque, sardina, y/o fuentes añadidas a alimentos, como lácteos, margarinas).

  1. Prestar atención a los pies.

Acude a tu podólogo de forma regular. El cuidado de estas partes del cuerpo es muy especial: recorta bien las uñas y evita las manicuras que puedan dañar su superficie; y usa calzado cómodo en los casos de psoriasis plantar, evitando rozaduras que pueden contribuir a agravar el cuadro. Y en general, no utilices prendas de lana o fibras artificiales, ni el abrigo en exceso, porque pueden aumentar el picor de la piel psoriática.

  1. Utilizar cosméticos adecuados.

El pH de los productos debería estar entre 4 y 4.5, es decir, ligeramente ácido, como nuestra piel. La piel con psoriasis puede oler de una forma especial, por lo que es básica la elección de un buen jabón para lavarse; evita los geles y champús agresivos, así como las esponjas u otros utensilios (guante de crin, manoplas, cepillos, etc.) que puedan irritar la superficie cutánea.

Una elección equivocada puede provocarte una piel más seca y tirante, y más picor y  descamación, lo que puede dificultar que tus tratamientos tópicos actúen eficazmente. Tu podólogo te aconsejará el tratamiento más adecuado a tu caso.

  1. Baños de sol.

En la mayoría de los casos, la luz solar y los rayos ultravioletas son beneficiosos para la psoriasis, al frenar la hiperproliferación de células en la placa. Por eso, es conveniente exponerse al sol, pero tomando siempre las precauciones adecuadas para no sufrir quemaduras solares ni demasiada sequedad en la piel. Sobre todo, no olvides aplicarte fotoprotección con un factor mínimo de 30 media hora antes de tomar el sol, ni de renovarla tras el baño. Y en la playa, además te beneficiarás de los minerales presentes en el agua del mar (el sodio, magnesio, bromo, iodo y calcio) y en la propia arena.

  1. Depilarse.

Cuando te afeites, opta por un método suave y usa siempre, antes y después, una crema emoliente, calmante y reductora de la descamación. Respecto a la depilación, no existe un sistema mejor para los pacientes con psoriasis respecto a la población general, aunque no se puede realizar fotodepilación en áreas activas de psoriasis por el riesgo de quemaduras.

  1. No darle importancia a la enfermedad.

Si tu hijo tiene psoriasis, no te obsesiones con la enfermedad y ayuda también a tu hijo a entenderla con naturalidad: por ejemplo, jugad juntos con los ungüentos y cremas hidratantes para que no entienda el tratamiento como un castigo. Y, por supuesto, fomenta el contacto físico con él: acarícialo, bésalo y abrázalo todo lo posible.