El término papiloma para nombrar a las verrugas plantares, no está debidamente empleado en medicina. Realmente, las verrugas plantares están causadas por el virus del papiloma humano (VPH), y por este motivo se les da este nombre. Las verrugas plantares (papilomas), suelen ser lesiones pequeñas, hiperqueratósicas y circunscritas, de carácter benigno, ocasionadas por el virus de papiloma humano (VPH), de la familia de los papovavirus.
Estas lesiones están causadas por una infección viral en la piel, que es el resultado del contacto directo con el virus VPH. Estos virus no se diseminan por la circulación sanguínea.
Los papilomas y verrugas plantares aparecen como lesiones simples y solitarias, o pueden aparecer y agruparse en áreas más o menos grandes. Estas últimas se denominan papilomatosis o verrugas en mosaico.
Verrugas en mosaico en el talón
Suelen aparecen en las plantas de los pies, tienen la apariencia de una coliflor y pueden tener pequeñas manchas negras en su superficie. Debido a la presión que ejerce el cuerpo sobre las plantas de los pies, puede formarse un endurecimiento de la piel encima de la verruga. Las verrugas plantares pueden ser dolorosas o no, según su tamaño, tiempo de evolución, localización y subtipo de virus del papiloma humano. Esta clase de verrugas suele crecer hacia adentro del pie. Se transmiten comúnmente en baños y piscinas públicas, al compartir zapatos, etcétera.
El raspado o desbridamiento de la lesión, nos muestra unos puntos de color negruzco sangrantes denominados papilas, lo que lo diferencia de las durezas o callo plantar, que no presentan papilas. Otra forma de diferenciarlo de una dureza es por el dolor al pellizcar, que suele ser más fuerte que el dolor al presionar con el dedo. Un heloma o callo, suele doler más a la presión que el pellizco.
Verrugas plantares y autocontagio en la zona del talón
El periodo de incubación puede ir desde 2 hasta 20 meses. En el pie suelen aparecer entre los 6 y 18 meses posteriores a la infección.
Son factores predisponentes el uso de lugares públicos donde se pueda producir contagio directo e indirecto del virus como uso de piscinas, baños, etc., en general sitios de humedad y calor. La ropa y prendas de vestir como calcetines, chanclas y zapatos favorecen el contagio indirecto de la lesión.
Los parques de bolas y piscinas son sitios de frecuente contagio de papilomas.
Pacientes con defensas bajos por enfermedad o tratamientos especiales como el del VIH/SIDA hacen que el virus encuentre mayor facilidad para infectar y provocar papilomas o verrugas plantares. En contacto con otras partes del cuerpo el papiloma puede provocar su diseminación por otras zonas.
La ansiedad y el estrés producen una disminución de las defensas, lo que hace que estas personas sean más susceptibles de contagiarse, e incluso el tratamiento es más dificultoso.
Las verrugas plantares están relacionadas con varios tipos de virus de la familia del virus del papiloma humano (VPH), por lo que son bastante contagiosas. Afectan entre al 7-10% de la población y más particularmente a los niños y adolescentes.
El contagio se produce por contacto directo con el virus o con el tejido descamativo del virus, por este motivo no conviene que sea manipulado por una persona no cualificada. Existen varios factores predisponentes que permiten que sea más fácil la entrada del virus como por ejemplo heridas, calor y humedad, un sistema inmunológico disminuido, falta de higiene, o estancia en lugares como piscinas públicas, vestuarios, etc. Los papilomas son muy contagiosos, por lo que se aconseja limpiar la bañera después de cada uso con lejía, usar una toalla aparte para secar el pie infectado, y no intercambiar calzado con otras personas. También se puede producir autocontagio al manipular el papiloma de forma incorrecta, pudiendo extenderse la lesión en otras áreas.
El riesgo de adquisición del virus del papiloma aumenta si frecuentemente:
Aparición de una o varias lesiones en la piel, normalmente en la planta, donde previamente no existía nada, aunque puede aparecer en una lesión previa. Su aspecto queratósico, al igual que los helomas o callos y las hiperqueratosis o durezas, por lo que se puede confundir con estos. Algunas lesiones en la planta del pie se confunden con las verrugas plantares, como los quistes de inclusión plantares o el poroqueratoma plantar.
Aunque no siempre es fácil de apreciar, suelen diferenciarse de otras lesiones por algunas características especiales:
La verrugas plantares pueden adquirir diferentes aspectos
Papilomas en mosaico en el que se observan las papilas
No se disponen de suficientes estudios que aclaren los pasos a seguir al tratar un papiloma en el pie o verrugas plantares. Ningún tratamiento es efectivo en todos los casos.
Existen diversas alternativas que el profesional valorará en función del paciente y del tipo de lesión. El número de sesiones también varía dependiendo del tipo de papiloma y del tratamiento utilizado. Por ejemplo, en zonas de presión, pacientes con neuropatías, niños, ancianos… se emplearán ácidos más débiles, aunque haya que incrementar el número de sesiones. Las verrugas víricas tienden a desaparecer sin tratamiento, o con tratamientos algo originales, como siguiendo algunas pautas esotéricas, o antiguos remedios caseros. No obstante, se contagian fácilmente y pueden propagarse por el cuerpo, por lo que lo mejor es tratarlas.
Conviene acudir al podólogo lo más pronto posible, ya que, cuanto más se deje, la lesión puede aumentar, o contagiarse a otras zonas, y con ello el dolor y el tiempo que costará eliminarlo. Existen varios tratamientos para las verrugas plantares o papilomas, casi todos encaminados a su eliminación quemándolo, aunque otros tratamientos como el homeopático intentan aumentar las defensas y el quirúrgico la eliminación de forma más rápida.
Existen tratamientos de aplicación en casa son demasiado lentos y dificultosos por lo que se recomienda acudir al podólogo para eliminarlas de forma rápida y segura, ya que la manipulación del tejido descamativo al ser contagioso, no debe realizarse en casa sin las medidas higiénico sanitarias adecuadas.
Complicación de un paciente que se trató en casa las verrugas plantares sin la supervisión de un podólogo.
Hay una infinidad de tratamientos, entre los habituales están:
La aplicación de láser terapéutico Clase IV es un tratamiento efectivo. La Terapia K-Laser es una herramienta ideal para tratar un gran número de patologías, desde la bioestimulación de los tejidos dañados a proporcionar un alivio inmediato del dolor en un tiempo corto de tratamiento, debido a la elevada potencia y la facilidad de aplicación. La laserterapia es una modalidad de tratamiento no invasivo, seguro y efectivo donde la luz se emplea para aliviar el dolor, reducir la inflamación, y estimular la cicatrización de heridas y curación de tejidos blandos.
La extirpación quirúrgica de las verrugas plantares es segura, rápida y eficaz
El podólogo puede recomendar cambiar el tipo de calzado para reducir la presión sobre la verruga, o usar métodos para reducir la transpiración de los pies.
Proteger los pies de los papilomas en lugares de riesgo donde hay humedad y calor
El virus está en el medio ambiente, por lo que el contagio puede darse en cualquier lugar, aunque existen ciertas medidas higiénico-sanitarias que pueden ayudarnos en la prevención, como son:
Lo más indicado ante el menor síntoma, es acudir a una clínica podológica especializada, donde encontraremos los medios y los profesionales cualificados para poder emitir un diagnóstico correcto y el tratamiento más indicado en cada caso. La eliminación de las verrugas plantares es sencilla e indolora.