Los dedos en martillo o en garra son una de las deformidades o trastornos más frecuentes del pie.
Su gravedad puede variar desde asintomática hasta discapacitante.
Pueden existir como una deformidad aislada, junto a otras deformidades del pie y tobillo, como el Hallux valgus o juanete, y/o como consecuencia de otras patologías.
Los dedos en martillo son una desviación de los dedos en la que se produce un encogimiento de los mismos, los dedos de los pies no están rectos, están doblados. Dependiendo de dónde esté encogido el dedo se pueden llamar dedos en martillo, dedos en garra, dedos en maza, incluso pueden estar desviados hacia adentro o hacia afuera.
Las causas suelen ser multifactoriales, produciéndose alteraciones biomecánicas.
El tratamiento más adecuado para los trastornos de los dedos en martillo y en garra empieza, con la determinación de cuáles son exactamente las articulaciones afectadas y cuál es el plano en el que se producen dichas deformidades.
Los dedos en martillo, dedos en garra o en maza son unas de las deformidades más habituales del pie y tobillo.
En términos generales, en las deformidades del dedo en martillo o garra, puede verse con facilidad la desalineación de los dedos.
Las deformidades digitales o de los dedos se producen en los planos frontal, transversal y sagital, o en planos combinados.
Las articulaciones interfalángicas y metatarsofalángicas, junto con las estructuras tendinosas y ligamentosas que las rodean, abarcan dichas deformidades creando una deformidad compleja.
Entre éstas podemos mencionar el dedo en martillo, el dedo en garra, el dedo supraaducto o infraaducto, el quinto varo-supraducto, los helomas interdigitales (ojos de gallo) y los dedos en maza.
Para conocer la deformidad hay que conocer cuál es la anatomía normal de los dedos. Los términos de dedo en martillo, dedo en maza, y dedo en garra se utilizan según las articulaciones que están afectadas.
El plano afectado es el sagital (de arriba abajo), aunque también suelen asociarse desviaciones en otros planos.
Hasta cierto punto, existe una superposición en las definiciones de dedo martillo y dedo en garra, si bien es cierto que, en el dedo en garra, suele haber una patología neuromuscular subyacente, ya que afecta a casi todos los dedos del pie.
En el dedo en martillo la anatomía está distorsionada.
Como ya hemos visto, hay una flexión de la articulación interfalángica proximal, con una deformidad en extensión de la articulación interfalángica distal y de la metatarsofalángica.
Cuando hay una deformidad severa el dedo en martillo también puede haber una dislocación o subluxación de la articulación metatarsofalángica.
En las primeras etapas de su evolución, el dedo puede estar flexible y la deformidad de los dedos en martillo o garra se corrige con una manipulación pasiva o incluso con el apoyo del pie.
A medida que la deformidad va evolucionando y progresando se vuelve rígida. Es más común en mujeres y afecta muy frecuentemente al segundo dedo del pie, sin embargo puede afectar a hombres y a cualquier edad.
Efecto deformante de la musculatura en el dedo en martillo
El dedo en martillo puede existir como una deformidad aislada o junto con deformidades del dedo gordo, como el juanete o Hallux valgus, o del empeine, como puede ser en el pie cavo, o junto a deformidades del retropié, como en el pie plano. Las deformidades de los dedos menores, como el dedo en martillo se atribuyen con frecuencia a un calzado inadecuado, aunque también son consecuencia de causas congénitas o neuromusculares.
Con respecto al primer dedo del pie, el dedo en martillo solo puede afectar a la articulación interfalángica. En este dedo no existe en primer dedo en maza.
En el primer dedo del pie o dedo gordo la deformidad en garra o martillo, se produce cuando hay una hiperextensión de la metatarsofalángica.
La intensidad de esta deformidades del pie varía, desde una deformidad flexible leve y fácilmente corregible, a una deformidad rígida y fija, en muchos casos estas deformidades son adquiridas o asociadas a otras patologías.
Como hemos adelantado al principio, la causa de los dedos en martillo o dedos en garra es muy variada: puede haber un desequilibrio muscular, patologías asociadas al pie como el pie cavo, artrosis, juanetes, pie plano, acortamiento gemelar, fascitis, pero también puede deberse a factores externos como son el uso de zapatos con puntera estrecha y zapatos de tacón.
No obstante, hay que tener en cuenta que los factores anatómicos predisponentes son muy variables y que un gran número de pacientes no utilizan zapatos estrechos y tienen deformidades de los dedos.
En los niños cuando están creciendo, es recomendable cambiar el calzado cuando crece el pie, ya que los dedos pueden chocar con la parte de delante del zapato y crear unos dedos en martillo o en garra en el futuro.
El responsable habitual de la deformidad del dedo en martillo es un calzado que constriñe el pie, al no proporcionar espacio suficiente para los dedos.
El amontonamiento de los dedos en la puntera de un zapato puede ser el resultado de un mal diseño o un mal ajuste del calzado, o un problema del pie, como ocurre, por ejemplo, en el Hallux valgus o juanete, pie reumático, Juanete de sastre, etc. En estos casos, el pie ocupa mucho espacio dentro de la puntera del zapato y ocasiona presión a las puntas de los dedos, lo que provoca una flexión de los dedos dentro del zapato durante periodos prolongados.
En ocasiones después de fracturas de tibia o de otros traumatismos, se observa una deformación progresiva de dedo en martillo, que probablemente será consecuencia de una lesión nerviosa o muscular por las presiones que se producen en el compartimento del pie o pierna afectado.
Esta deformidad en garra de los dedos normalmente afecta a varios dedos y ambos pies. Igualmente puede ser flexible o rígida y a menudo se ve asociada a un pie cavo con o sin contracción del tendón de Aquiles.
A medida que la deformidad en garra o en martillo se va volviendo más rígida, los dedos chocan con la parte superior del zapato y las cabezas de los metatarsianos se ven obligadas a dirigirse hacia la planta del pie.
Cuando los dedos sufren una luxación dorsal, la almohadilla grasa de la planta se luxa hacia adelante, y las cabezas de los metatarsianos se vuelven más prominentes en la cara plantar, produciéndose metatarsalgia y una deformación muy dolorosa con callosidades en la planta del pie.
Cuándo existen problemas en el dedo gordo como un juanete, se produce una sobrecarga de la articulación metatarsofalángica del segundo dedo, y una posterior inestabilidad que da como resultado una deformidad de dedo en martillo.
Dedos en maza del 2º y 3º dedos: la deformidad está en la articulación interfalángica distal
Durezas en la planta del pie
El roce de los dedos en martillo con el calzado produce dolor y callosidades
Dedos en martillo
Efecto del tacón sobre la deformidad de los dedos
Dedos en martillo asociados a hallux valgus o juanete
Dedos en garra asociados a hallux valgus
El síntoma principal de los dedos en garra es el dolor en los dedos.
Dependiendo del tipo de deformidad del dedo, ya sea en martillo, garra, maza etcétera, se producirá roce de las articulaciones interfalángicas del dedo, bien sea con la parte de arriba del calzado produciendo dolor, o también en la punta del dedo porque roza el pulpejo del dedo con el calzado.
También puede haber dolor en la planta del pie o metatarsalgia, debido a sobrecarga de la misma por luxación de la articulación metatarsofalángica. La desalineación de ésta articulación puede producir bursitis y rotura de la placa plantar.
Además del dolor, puede haber engrosamiento de la piel o callosidades en las articulaciones de los dedos, bien sea en la articulación interfalángica proximal, y/o en la distal y/o en el pulpejo del dedo.
También puede haber callos en la planta del pie produciendo dolor y entre los dedos produciendo los ojos de gallo o callos en las articulaciones entre los dedos.
Puede haber zonas eritematosas o enrojecidas, inflamación y presencia de úlceras debidas al roce con el calzado. En ocasiones estas úlceras se pueden infectar.
El roce de los dedos en martillo con el calzado produce dolor y callosidades
Rotura de la placa plantar
Para saber si tenemos dedos en garra o martillo, veremos que, cuando apoyamos los dedos en el suelo, no son rectos y no apoyan en el suelo de forma normal, sino que se curvan las falanges hacia arriba.
Esta curvatura produce roces con el calzado, provocando callos y ampollas en la parte de arriba del dedo, en la punta, en los laterales y en la uña.
También un dedo en martillo o en garra puede producir dolor en la planta del pie llamado metatarsalgia.
En la exploración física del paciente valoraremos la deformidad del dedo y como están afectadas las distintas articulaciones.
Examinaremos el pie con y sin carga para determinar la flexibilidad y la posibilidad de reducción de la deformidad del dedo en martillo.
Exploraremos cada uno de los dedos para comprobar si hay lesiones hiperqueratósicas o callos en las articulaciones, así como en la yema del dedo.
Así mismo, puede visualizarse una evidente hinchazón y un posible eritema o enrojecimiento del dedo.
Inspeccionaremos a fondo la piel, comprobando la existencia de úlceras y veremos el estado neurológico de los dedos.
Un deterioro del estado sensorial puede deberse a una diabetes subyacente o a otros trastornos metabólicos.
También es importante evaluar la alineación de las articulaciones metatarsofalángicas.
La inestabilidad de estas articulaciones se encuentra sin problemas palpando dorsalmente la base prominente de la la falange proximal y puede observarse un signo de Thomson y Hamilton positivos, dolor a la fuerza vertical a través de las metatarsofalángicas. Este dolor lo trataremos porque es muy recurrente.
La radiografía es la prueba de imagen que más se utiliza, en proyecciones dorsoplantar y lateral.
Se puede ayudar con una ecografía para ver si existe una rotura de la placa plantar o bursitis o quistes de los tejidos blandos adyacentes.
Luxación metatarsofalángica de un dedo en martillo
Radiografía lateral en carga mostrando rigidez en el apoyo del dedo, que no baja y produce fricción con el calzado
En la exploración física veremos si existen otros tipos de deformidades como el pie cavo y anotaremos en nuestra historia clínica el tipo de calzado que debe utilizar el paciente y el que lleva, así como la profesión ya que el calzado de puntera de acero puede producir deformidades.
También puede haber enfermedades asociadas neuromusculares o artropatías degenerativas, así como diabetes. Realizaremos una exploración del pie para ver si la deformidad es flexible o rígida y si están afectados otras partes del pie como un Hallux valgus, o un Juanete de sastre, ya que para la corrección del dedo necesitaremos espacio y que no se deformen otros dedos el pie.
Dentro de las patologías más comunes en el diagnóstico diferencial veremos si es un dedo en martillo, si es un dedo en garra, un dedo en maza, deformidad de dedos cruzados, enfermedad articular degenerativa, neuroma de Morton, radiculopatía neuropatía, enfermedad de Freibreg, insuficiencia vascular, fractura del metatarsiano, inestabilidad o sinovitis de la articulación metatarsofalangica, rotura de la placa plantar.
Se puede realizar un tratamiento conservador de los dedos en garra o martillo poniendo férulas correctoras realizadas con silicona y personalizadas al paciente.
Las órtesis de silicona o férulas para la corrección de los dedos en garra las realiza el podólogo directamente en el pie del paciente. De esta manera conseguimos que no rocen con el calzado. Incluso en los niños se puede conseguir una corrección del dedo deformado. Estas férulas u órtesis de silicona hay que renovarlas conforme se van desgastando con el uso.
Las plantillas personalizadas ayudan cuando la deformidad es flexible y sobre todo cuando hay dolor en la planta del pie o metatarsalgia. El podólogo realizará un estudio de la marcha, realizando una plantilla diseñada a medida del paciente.
La forma definitiva de conseguir unos dedos rectos y quitar la garra del dedo y la deformidad en martillo, es realizando una pequeña intervención bajo anestesia local. Esta intervención se puede realizar con cirugía abierta o mediante cirugía mínimamente invasiva, en la que no es necesario abrir la piel en exceso, ya que se puede realizar mediante micro incisiones de 1 mm que no requieren sutura posterior.
El tratamiento conservador de un dedo en martillo o garra incluye la acomodación de la deformidad en un calzado amplio y aceptable para el paciente.
Por lo general el calzado deportivo con puntera blanda servirá para acomodar la mayoría de las deformidades leves, mientras que para las deformidades severas se necesitará un calzado especial con profundidad y puntera extra-ancha.
Si la piel del calzado es flexible o elástica aliviará los síntomas.
La consulta a un podólogo es habitual para realizar una limpieza de las callosidades.
Las ortesis de silicona o los protectores realizados a medida por el podólogo también pueden ayudar en la sintomatología de los dedos en martillo como hemos explicado.
La aplicación de callicidas recetados en la farmacia de confianza, agrava los síntomas, ya que producen una quemadura incontrolada en una piel inflamada e irritada, llevando a veces a situaciones difíciles, como es la necrosis del dedo y la inevitable amputación del mismo.
También se pueden hacer vendajes para proteger los dedos o para tratar otras deformidades o patologías como la rotura de la placa plantar.
Plantillas a medida para aliviar el dolor en la planta
Algunos medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos pueden ayudar a aliviar una articulación metatarsofalángica inflamada.
Las infiltraciones de corticoides pueden debilitar los tendones y agravar la deformidad, derivando en una rotura de la placa plantar.
Sin embargo, las infiltraciones de factores de crecimiento o PRP ayudan a reducir la sintomatología inflamatoria.
La fisioterapia puede ayudar también aliviar los síntomas.
La aplicación de láser terapéutico Clase IV es un tratamiento efectivo. La Terapia K-Laser es una herramienta ideal para tratar un gran número de patologías, desde la bioestimulación de los tejidos dañados a proporcionar un alivio inmediato del dolor en un tiempo corto de tratamiento, debido a la elevada potencia y la facilidad de aplicación.
La laserterapia es una modalidad de tratamiento no invasivo, seguro y efectivo donde la luz se emplea para aliviar el dolor, reducir la inflamación, y estimular la cicatrización de heridas y curación de tejidos blandos.
Cuando el tratamiento conservador ha fracasado, o el paciente tiene otras expectativas en su vida como no sufrir dolor o las incomodidades y limitaciones que produce la deformidad del dedo en martillo, tanto para la práctica deportiva como para calzarse, la solución es el tratamiento quirúrgico de los dedos en garra o martillo.
Un adecuado tratamiento quirúrgico del dedo en martillo o en garra dependerá del conocimiento de las causas o etiología del dedo en martillo.
Existen una gran variedad de opciones quirúrgicas que deben adaptarse a cada paciente y a cada etapa de la deformidad del dedo en martillo.
Normalmente se utiliza una combinación de varios procedimientos debido a que existen un desequilibrio muscular y una deformidad articular importante. Se realizarán transferencia de tendones o alargamientos para conseguir un equilibrio muscular.
El tipo de cirugía realizado a estos pacientes dependerá también de si la deformidad es flexible o rígida y si está asociada o no a otra enfermedad generalizada o a grandes desordenes neuromusculares. Dependiendo de esto se realizarán artroplastias o artrodesis, en las que el dedo pueda quedar fijo en una posición, con la intención de que no vuelva a deformarse cuando existe el riesgo de que esto ocurra por la fisiología intrínseca de cada paciente.
Es importante conseguir un equilibrio muscular y articular del dedo en martillo.
Ya adelantamos en este capítulo que la forma definitiva de recuperar unos dedos rectos y eliminar los dedos en garra es realizando una pequeña intervención bajo anestesia local.
Esta intervención se puede realizar con cirugía abierta o mediante cirugía mínimamente invasiva, en la que no es necesario abrir la piel en exceso, ya que se puede realizar mediante micro incisiones de 1 mm que no requieren sutura posterior.
Con esta técnica, el paciente se va caminando por su propio pie y llevará durante unas dos o 3 semanas un ligero vendaje para mantener la corrección que hemos conseguido tras la cirugía bajo anestesia local.
Una vez conseguida la corrección el paciente puede realizar su actividad normal sin dolor, incluso si es un deportista puede correr saltar y realizar un deporte de impacto sin ningún problema.
La operación de los dedos en garra o martillo es una cirugía sencilla, pero requiere de una valoración previa y cuidadosa de cada paciente. Normalmente se combinan varias técnicas según los requerimientos de cada paciente. Estas incluyen:
Cirugía de dedo en martillo realizada con anestesia local, tras la cual el paciente se va caminando
En la cirugía del dedo en martillo se busca un equilibrio tanto muscular como articular.
Vendaje del dedo en martillo
Se realizará cirugía correctiva de otro tipo de deformidades cuando coexisten, como el juanete Hallux valgus, el pie cavo, pie plano, problemas en el tendón de Aquiles, acortamiento gemelar, etc.
El periodo postoperatorio de la operación de los dedos en garra o martillo variará dependiendo de la combinación de estas técnicas, desde un simple vendaje unos días, a llevar un calzado quirúrgico entre 4 y 6 semanas, siempre apoyando el pie para realizar la actividad cotidiana.
La cirugía puede ser abierta o realizada por mínima incisión. Para esto hay que tener la certeza de que se está efectuando la reparación quirúrgica en el lugar adecuado.
La cirugía del dedo en garra y el dedo en martillo se realiza bajo anestesia local y se obtienen muy buenos resultados estéticos y de corrección de la deformidad, permitiendo al paciente calzarse, evitar que le aparezcan callosidades y dolores debido al roce con el calzado con el suelo o con los dedos adyacentes.
Antes de la Cirugía
Después de la Cirugía
Preoperatorio dedo en martillo y juanete o hallux valgus
Después de la Cirugía
Preoperatorio dedos en garra
Posoperatorio dedos en garra
Deformidad de dedo en martillo con desviación en varios planos
Cirugía de dedo en martillo tras la alineación en todos los planos
Preoperatorio en el que vemos que falta un dedo por estar luxado dorsalmente (hacia arriba) y no apoya
Posoperatorio de dedo en martillo en el que se ha realizado una realineación quirúgica recuperando su posición anatómica.
Deformidad en garra severa con metatarsalgia(dolor en las flechas) en paciente intervenida en otro centro con resultados indeseados
Postoperatorio 2 meses después de cirugía de los dedos en garra