Corrección de dedo en garra mediante cirugía mínimamente invasiva

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CORRECCIÓN DE DEDO EN GARRA MEDIANTE CIRUGÍA MÍNIMAMENTE INVASIVA.

Vicente, un paciente de 71 años, ha acudido a nuestra consulta debido al dolor que le causa la deformidad que presenta en el segundo dedo de su pie derecho, la cual ha persistido durante más de 30 años.

 

En consulta le realizamos una exploración exhaustiva, en la que se realiza una exploración biomecánica, radiografías y ecografías.

 

El paciente presenta la patología denominada dedos en garra, la cual es una de las deformidades o trastornos más comunes del pie, junto con los dedos en martillo y en maza.

Los dedos en garra se caracterizan por ser una deformación en la que los dedos se encogen, y dependiendo de la ubicación de la contracción del dedo, pueden ser denominados dedos en garra, dedos en martillo o dedos en maza.

 

En el caso de Vicente, su segundo dedo muestra una deformidad en flexión de las falanges y una hiperextensión en la articulación metatarsofalángica, lo cual se clasifica como un dedo en garra.

 

En las etapas iniciales de su desarrollo, el dedo puede ser flexible y la deformidad puede corregirse con manipulación pasiva o incluso con el apoyo del pie. Sin embargo, a medida que la deformidad progresa, se vuelve rígida.

 

En el caso de Vicente, ha pasado más de 30 años, lo que ha llevado a que su corrección solo sea posible con una extensión extremadamente forzada, por lo tanto, es rígida.

 

En algunos casos el dedo en garra puede existir junto a deformidades como:

 

La deformidad en garra de los dedos generalmente se asocia con el uso de calzado inadecuado, que restringe el espacio adecuado para los dedos. Sin embargo, también puede ser causada por factores congénitos o neuromusculares.

 

Vicente ya no podía soportar el dolor causado por su deformidad en garra, el cual era resultado del roce de las articulaciones interfalángicas del dedo con la parte de arriba del calzado, o también con la punta del dedo al rozar el pulpejo del dedo con el calzado.

 

En ocasiones los pacientes que presentan dicha deformidad pueden tener un engrosamiento de la piel o callosidades en las articulaciones de los dedos, zonas eritematosas o enrojecidas, inflamación y presencia de úlceras.

 

Además, el paciente puede experimentar dolor en la planta del pie o metatarsalgia, debido a la sobrecarga en esa zona ocasionada por la luxación de la articulación metatarsofalángica.

 

Dado que Vicente deseaba aliviar el dolor y superar las limitaciones causadas por la deformidad en garra de su dedo, la solución recomendada fue el tratamiento quirúrgico para la corrección de dedo en garra mediante cirugía mínimamente invasiva.

Existen diversas opciones quirúrgicas disponibles que se adaptan a cada paciente y a cada etapa de la deformidad. En el caso de Vicente, se optó por el siguiente enfoque:

 

  • Relajación de la segunda articulación metatarsofalángica.
  • Tenotomía del flexor largo de los dedos del segundo dedo.
  • Osteotripsia de la falange distal del segundo dedo.

 

La técnica quirúrgica se realizó mediante cirugía mínimamente invasiva y bajo anestesia local.

 

Para garantizar la precisión y seguridad del procedimiento, se empleó el fluoroscopio o rayos X para verificar la posición y ejecución adecuada.

Preoperatorio para corrección de dedo en garra mediante cirugía mínimamente invasiva

Radiografía dorso-plantar del pie derecho.

Preoperatorio para corrección de dedo en garra mediante cirugía mínimamente invasiva

Durante la cirugía, se bloqueó selectivamente la sensibilidad dolorosa en el pie y el tobillo a nivel local, lo que permitió llevar a cabo el procedimiento sin causar molestias al paciente.

Después de la intervención, Vicente pudo caminar por su propio pie y se le aplicó un ligero vendaje durante aproximadamente dos o tres semanas para mantener la corrección lograda mediante la cirugía mínimamente invasiva.

 

Una vez alcanzada la corrección deseada, Vicente puede retomar sus actividades normales sin experimentar dolor.

 

La cirugía del dedo en garra ofrece resultados estéticos muy satisfactorios y corrige la deformidad, lo que permite al paciente calzarse adecuadamente y evita la aparición de callosidades y molestias causadas por la fricción con el calzado, el suelo o los dedos adyacentes.

Resultados de corrección de dedo en garra con cirugía mínimamente invasiva