El desarrollo de la medicina, su tecnología y las nuevas técnicas quirúrgicas han hecho que la cirugía haya evolucionado durante todos estos años hacia un tipo de técnica quirúrgica que es la cirugía mínimamente invasiva del pie y tobillo, cuyas publicaciones y gran número de resultados demuestran una eficacia científicamente demostrada.
La cirugía mínimamente invasiva de pie y tobillo también se puede conocer por otros nombres como del inglés minimal incisión surgery (MIS) y también se le puede denominar cirugía percutánea. En todas ellas se define el mismo concepto quirúrgico, que es corregir la patología del pie y tobillo mediante mínimas incisiones.
La cirugía mínimamente invasiva se empezó a hacer en Estados Unidos en el año 1945 por el Dr Morton M. Polokof. Posteriormente ha ido evolucionando a otros doctores, como el Dr Albert Brown, que en 1965 empezó a quitar los espolones calcáneos con un pequeño instrumento de hueso, disminuyendo la vía de abordaje en la piel por una pequeña incisión.
Posteriormente En Estados Unidos han sido muchos los podiatras y podólogos que han ido avanzando en estas técnicas quirúrgicas.
En España Luis Aycart introduce la cirugía mínimamente invasiva del pie a través de numerosos viajes que fue realizando a Estados Unidos desde 1969. Posteriormente, a través de su hijo Javier Aycart y de Manuel González San Juan, se introduce la cirugía mínimamente invasiva del pie en España y Europa creando la Academia de cirugía ambulatoria del pie (ACAP), compuesta por un grupo excelente de pioneros en estas técnicas.
Actualmente existen asociaciones de cirugía mínimamente invasiva en Estados Unidos y en España que se encargan de la formación, evolución e investigación en las últimas novedades y tendencias de estas técnicas de cirugía mínimamente invasiva.
La cirugía mínimamente invasiva que como hemos dicho antes viene en inglés minimal incisión surgery, que son un conjunto de técnicas diagnósticas y terapéuticas que utilizan pequeñas vías de abordaje en la piel para realizar tratamientos quirúrgicos.
Las incisiones que se realizan en la piel del pie y tobillo para realizar las técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, suelen ser de 1 o 2 mm y en algunas técnicas pueden ampliarse a unos 4 mm, pero en general, no suelen requerir puntos de sutura.
Para realizar la técnica quirúrgica, es necesario comprobar mediante el fluoroscopio o rayo X, la realización de la misma, algo parecido a lo que se hace con la cirugía ecoguiada, en la que utilizamos el ecógrafo para visualizar las estructuras internas y realizar las correcciones oportunas.
Además, se requiere de un instrumental específico, ya que, al ser las incisiones muy pequeñas, el instrumental suele tener las puntas pequeñas y delgadas y muy largas por las que se introducen en la piel para separar los tejidos; así como motores quirúrgicos que están preparados para realizar osteotomías con fresas especializadas y a unas revoluciones del motor disminuidas para no dañar los tejidos óseos.
Mediante estos instrumentos específicos, y mediante una serie de gestos quirúrgicos reglados y protocolizados, a través de pequeñas incisiones se realizan las correcciones oportunas en las estructuras óseas y de partes blandas en el pie y tobillo, corrigiendo deformidades y consiguiendo una recuperación muy rápida.
La cirugía mínimamente invasiva se realiza bajo anestesia local y tras la cual el paciente se va caminando por su propio pie con un vendaje y un calzado quirúrgico posterior.
El bloqueo anestésico es local, y lo que produce es una interrupción de la sensibilidad dolorosa del pie y tobillo a nivel local. Esto nos permite realizar técnicas quirúrgicas sin ningún tipo de dolor y sin ningún efecto secundario relacionado con las anestesias raquídeas o generales.
La mínima incisión que se realiza en la piel requiere de una curva de aprendizaje previa para no dañar los tejidos. Al no haber una disección a campo abierto abriendo la piel, con grandes cicatrices, se produce una recuperación más rápida porque se reduce la agresión producida en la cirugía, disminuyendo los efectos adversos más traumáticos de una cirugía abierta.
Estas pequeñas incisiones tampoco dejan cicatrices en la piel, que puedan, no solo ser antiestéticas en el pie y tobillo, sino que evitan complicaciones como las retracciones y adherencias que a veces se producen entre las cirugías a campo abierto.
Otra de las ventajas es que se realiza la cirugía mínimamente invasiva sin realizar isquemia del pie, es decir, no es necesario poner un torniquete en el pie para realizar la cirugía, con lo cual se produce un menor daño de los tejidos y un menor daño vascular.
Normalmente cuando se realiza una osteotomía de un hueso con esta técnica, posteriormente no es necesario poner ningún tipo de fijación con material de osteosíntesis, como tornillos o agujas kirschner, ya que al no haber realizado una apertura de los tejidos blandos, los ligamentos y las cápsulas articulares mantienen la alineación que deseamos.
Las técnicas quirúrgicas que podemos realizar incluyen:
- Dedos en martillo o garra. Ver cirugía ecoguiada mínimamente invasiva
- Dedos supraductus o infraductus
- Juanete de sastre o bunionette
- Deformidad de Haglund
- Fascitis plantar
- Fractura de stress en el corredor (Deutchlander)
- Hallux valgus o juanetes
- Hallux varus
- Hallux rigidus – limitus
- Neuroma de Morton
- Ojo de gallo o heloma interdigital
- Patologías de la uña – uña incarnada
- Pie plano en el niño
- Pie plano en el adulto
- Sesamoiditis
y un largo etcétera de patologías de pie y tobillo.
Ventajas de la cirugía mínimamente invasiva.
Como conclusión, podemos decir que los beneficios de la cirugía mínimamente invasiva son:
1.- La cirugía es ambulatoria ya que el paciente no necesita ningún ingreso hospitalario.
2.- La deambulación es inmediata, el paciente se va caminando por su propio pie.
3.- Se realiza con anestesia local.
4.- El paciente puede colaborar en la cirugía al estar despierto.
5.- Se consigue una disminución importante en la agresión quirúrgica, y por lo tanto una menor inflamación y dolor.
6.- Las incisiones en la piel son mínimas, de 1 o 2 mm que no requieren sutura posterior.
7.- No suelen realizarse fijaciones con tornillos o agujas.
8.- No necesita torniquete de isquemia ni hemostasia posterior.
9.- Puede combinarse con otro tipo de técnicas quirúrgicas ya sea abierta o ecoguiada.
10.- El paciente lleva un vendaje ligero con el que puede caminar inmediatamente después de la cirugía.
Cirugía mínimamente invasiva de dedos en martillo.
Paciente con juanete y dedos en martillo, corregidos por mínima incisión, los resultados al mes muestran la rápida recuperación.
Podemos ver más casos de pacientes como estos:
https://clinicamariadelmarruiz.es/liberacion-de-un-neuroma-del-pie-con-cirugia-ecoguiada/